La otra cara del desfile

El desfile colonial, ha contado con la esperada propaganda favorable en los colonizados medios aragoneses de comunicación. Hecho que por repetitivo, no deja de ser menos lamentable. Un ejemplo de ello es que recogen la absurda cifra de asistentes que dan, unas 400000 personas, una cifra que supone dos tercios de la población de Zaragoza o un tercio de la población aragonesa. El grado de colonización todavía no llega a tanto. Una cifra exagerada de manera interesada, como demuestra o mixín. Salvo que se pusieran unas encima de otras, pero en las imágenes televisivas se veían claros en las aceras. Eso sí, las imágenes de tanques y aviones, daban escalofríos y llegaban a asustar por su simbolismo. Es horrible siempre ver pasear un tanque por la ciudad, la última vez en serio fue en Valencia en 1981, y su presencia en las calles no puede significar otra cosa que la dominación militar.

Imagen de uno de los ensayos (Foto blog Inde)

Frente a la exaltación militarista y españolista, contrastan las 1500 personas que aproximadamente acudieron al polígono de tiro de las Bardenas. Otra instalación militar que causa perjuicios en Aragón, aunque ubicada en Navarra sus actividades y tráfico aéreo repercuten en Aragón. En otra muestra de desprecio y pepotencia, la ministra Chacón, en respuesta parlamentaria a Uxue Barcos, calificó como imprescindible dicho polígono. Vamos, que intención de cerrarlo ninguna. Una vez más los intereses militares por encima de lo civil, de los de la mayoría. Por más giliflautadas que suelten acerca de la seguridad. Otra muestra más del socialismo de la falsa sonrisa y buenrrollismo. Aparte que ocupa más de 2000 hectáreas del parque natural de las Bardenas, un hecho incomprensible e incompatible con su buen estado de conservación.

Imagen infame

Lo mismo que en el desfile de la risa, unas 200 personas, alternativo a la exaltación de la violencia que se hacía bien cerca. Eso los militares no lo aguantan, que se les plante cara de manera pacífica y con sorna, porque ellos sólo saben de un lenguaje. Usar la inteligencia contra la brutalidad de la violencia.