Al menos por ahora. Ahí está el ejemplo de la destrucción de Mularroya a pesar de una sentencia del mismo TSJA, y además de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo españoles. Cuya defensa y desmanes cometidos no han sido merecedores de la atención que sí, y con justicia, se da a Castanesa. El llamado pirineismo.
En este caso, lo importante es que se ha anulado el plan urbanístico especulativo de la ampliación de la estación de Cerler y el macroproyecto residencial de Montanuy. Al haber omitido la evaluación ambiental estratégica de la Unión Europea y sus correspondientes y graves afecciones naturales.
Una vez más el modelo capitalista depredador del medio, como única alternativa de desarrollo rural desde las instituciones de gobierno.
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