Jalón Vivo y COAGRET han presentado una denuncia contra el estado español en la UE por su actuación en Mularroya.
COMUNICADO DE JALÓN VIVO Y COAGRET VALORANDO LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO SOBRE MULARROYA, Y ANUNCIANDO ACCIONES
Subrayamos la importancia de una sentencia que ratifica plenamente
los argumentos que llevaron en junio de 2009 a que la Audiencia Nacional
anulara el proyecto, anteproyecto y declaración de impacto ambiental. Si
en ese momento no se hubieran continuado las obras de Mularroya, se
habrían evitado los 55 millones de euros que según la CHE se han gastado
en las obras hasta el momento actual, y por supuesto, también los casi
tres millones de euros al mes, que según parece costará la paralización
de las obras.
La sentencia declara ilegal el pantano y corrige punto por punto las
argumentaciones del recurso de casación presentado por la abogacía del
Estado y por la Junta Central de Usuarios del Jalón. El Tribunal
Supremo recuerda que los tribunales europeos insisten en que la
“insuficiencia” de medidas ambientales correctoras es suficiente para no
autorizar un proyecto, por lo que el alto tribunal entiende que
la Audiencia Nacional acertó al considerar que las deficiencias de la
evaluación ambiental eran “manifiestas y evidentes”, en unos espacios
además protegidos con figuras como zonas ZEPA y LIC, dejando claro que
“un proyecto mal evaluado es un proyecto mal aprobado”. La Audiencia
Nacional expresó “con sencillez y claridad” que los impactos previstos
no sólo eran “severos e irreversibles” sino que o no se establecieron
medidas correctoras en la evaluación de impacto o fueron
“manifiestamente insuficientes”.
El Supremo afirma contundentemente también que no es “meramente” el
interés general lo que exigen las directivas europeas para la ejecución
de unas obras sin medidas de protección ambiental, sino que deben
realizarse “por razones imperiosas de interés público de primer orden,
incluidas razones de índole social o económica”, con medidas
compensatorias, y que en el caso de Mularroya “ni se ha acreditado
que estemos ante razones imperiosas de interés público de primer orden
ni se han tomado cuantas medidas compensatorias sean necesarias para
garantizar que la coherencia global de Red Natura 2000 quede protegida”.
Una vez que el Tribunal Supremo ha confirmado íntegramente la
sentencia de la Audiencia Nacional que anula el proyecto y la DIA del
embalse de Mularroya, es momento de que la CHE deje de apostar por una obra tocada,
intentando reanudar las obras, derrochando unos cuantos millones más de
dinero público, para unos meses después exponerse a una nueva
paralización provocada por los recursos que sin duda se
presentarán en el que caso de que presenten una nueva declaración de
impacto ambiental, puesto que entendemos que las afecciones que provoca
el proyecto sobre zonas protegidas de la Red Natura 2000 son
irreversibles, y de tal importancia que convierten en imposible poner en prácticas unas medidas correctoras suficientes.
Es por ello que seguimos considerando al embalse de Mularroya como insostenible medioambiental y también económicamente.
El sobrecoste estimado en el pantano, hará que el presupuesto supere
los más de 200 millones de euros, lo que supondrá que a los regantes que
llegaran a beneficiarse del embalse, el estado les tendría que pasar
una factura inasumible para la gran mayoría, por encima de los 300 euros
por hectárea y año, los 10 primeros años, aumentando esta cantidad
después, por los desfases presupuestarios, en aplicación del principio
de recuperación de costes, tal y como obliga la normativa europea. Se
puede dar por tanto el caso de que, al igual que en Lechago y
Maidevera, una obra sobredimensionada en su coste, ante la que no se
había llevado a cabo un análisis coste beneficio de manera rigurosa, los
regantes que en principio iban a ser los beneficiarios de la misma,
acaban por no poder pagar el canón que se les tiene que aplicar.
La CHE dispone de todos los medios y estudios, para trabajar en
alternativas al pantano, como las que hemos ido poniendo encima de la
mesa las organizaciones ecologistas, Coagret y Jalón Vivo, como por
ejemplo balsas de regulación y pozos de emergencias en las cabeceras de
las acequias, modernización del regadío tradicional, o alimentar
artificialmente el acuífero de Alfamen con caudales de invierno, para
realizar una explotación sostenible en la zona baja del acuífero, que
permitiría obtener agua de riego con un coste hasta seis veces menor de
lo que supone el embalse de Mularroya. Exigimos por tanto a la CHE
al descarte definitivo de Mularroya, y a la aprobación de un plan de
restitución que deje el espacio afectado en la situación más parecida
posible a la anterior de comenzar las obras. En todo caso, vamos a
presentar de manera inminente una denuncia ante la Unión Europea contra
el estado español por los daños producidos por las obras a zonas de Red
Natura 2000, incumpliendo normativa europea.
Daños ocasionados a La Z.E.P.A. Desfiladeros del Río Jalón por las obras para la construcción del pantano de Mularroya
En el momento de hacerse pública la sentencia del Tribunal Supremo,
consideramos los siguientes efectos negativos que han producido ya las
obras realizadas:
Especialmente intensos son los daños ocasionados en la margen derecha
del río Grio, en la ladera de la Peña María y parte baja del barranco
de Mularroya, donde los trabajos para el asentamiento del estribo
derecho de la presa y construcción del aliviadero, han supuesto la
destrucción de la mayor parte de los escarpes de roca caliza (con
comunidades vegetales propias de ese hábitat) donde anidaban buitres,
chovas piquirrojas, alimoche, águila real, búho real, halcón peregrino y
cernícalo vulgar.
Justo encima de la zona mencionada queda el L.I.C “Sima del
Árbol”, cuyo entorno constituido por interesantes comunidades vegetales
de hábitat mesomediterráneo aparece devastado (a pesar de haber sido
decorado con vallas y carteles).
Relacionado con este L.I.C, cabe comentar la desaparición de
pequeñas galerías kársticas que servían de hábitats complementarios a
las colonias de murciélagos presentes en la zona. También ha
quedado destruido un interesante Punto de Interés Paleontológico: donde
los profesores de la Facultad de Geológicas mostraban las huellas de
actividad tectónica posterior al Plegamiento Alpino. En general son
varios los puntos con estratigrafía interesante (usados en clases de
campo) arrasados en todo el espacio donde han trabajado las máquinas.
En la margen izquierda, sobre el barranco de Jabacín y bajo los
contrafuertes del Alto de la Perdíz, donde se asienta el estribo
izquierdo de la presa, observamos grandes montones de acopios de tierra y
rocas, superficies hormigonadas y zanjas.
El relieve ha sido totalmente modificado; desaparecidas las
comunidades vegetales de plantas termófilas; comunidades vegetales de
escarpes calizos y también desaparecen las comunidades de plantas
gypsícolas, donde resaltaba la presencia de Limonium viciosoi (endemismo
vegetal catalogado como vulnerable).
A fondo de valle puede verse la desaparición de la ribera del
Grío y de todos los hábitats asociados, con aves como el Martín pescador
y peces como la Bermejuela: largas galerías de hormigón y la parte
construida del cuerpo de la presa sepultan lo que fue Dominio Público
Hidráulico.
A lo largo del valle, entre la cimentación de la presa y un par
de kilómetros por encima del cruce de la carretera Morata de Jalón a
Sta. Cruz de Grío, el espacio ha sido modificado intensamente, roto el
perfil del valle: hay lugares con zanjas, canteras y explanadas, con
grandes áreas donde ha desaparecido toda la cobertura vegetal.
Especialmente impactante resulta el arrasamiento del antiguo Parque de
Mularroya (un lugar donde la administración gastó, en los años 50 del
pasado siglo, importantes sumas de dinero para implantar el pinar y
acondicionar las áreas de recreo). Con el pinar desaparece el hábitat
del Azor y del Gavilán. También numerosas colonias de orquídeas del
género Ophrys.
Cabe destacar que en los aledaños de la antigua carretera NII, en zona afectada por las obras, se citó la presencia de Echium
boissieri (catalogada como de interés especial). El arranque de la
cobertura de tierra fértil ha hecho desaparecer el banco de semillas que
permitía que esta planta floreciese esporádicamente.
Otra pérdida importante, y poco valorada en los estudios de impacto
ambiental, es la amplia extensión de olivares en cultivo tradicional que
representaba más del 20% de la producción de oliva en Morata de Jalón.
En estos campos existían ejemplares de más de 600 años de antigüedad,
pertenecientes a variedades todavía sin registrar, lo que supone otra
gran pérdida para el patrimonio genético de biodiversidad vegetal. No
tenemos datos de los daños a las poblaciones de invertebrados, ni a las
comunidades liquénicas (importantes en la zona), porque nunca se
hicieron estudios al respecto.
De iniciar las obras para el trasvase, en el L.I.C Hoces del
Jalón se producirían daños irreversibles en el hábitat de Centaurea
pinnata, planta endémica del SO de la provincia de Zaragoza (catalogada)
cuya conservación fue el objetivo principal de la declaración de este
espacio protegido.
Tampoco se han valorado las consecuencias que pueda tener la intensa alteración de perfiles en laderas y fondo de valle. Se
trata de una zona de geología muy complicada donde los equilibrios
entre los diferentes bloques han quedado completamente alterados. Una
muestra de falta de previsión al respecto es que la presa se asienta
directamente sobre una falla tectónica (hecho que cualquiera puede comprobar mirando el mapa geológico correspondiente).
Concluimos esta valoración no exhaustiva, denunciando que los
efectos aquí descritos ya estaban previstos en las alegaciones previas
al proyecto, que fueron contestadas por la Administración negando a lo
alegado valor alguno. De haberse tenido en cuenta nunca hubiesen
empezado las obras, con el consiguiente ahorro de dinero público y de
deterioro ambiental y social.
Sobre la función de laminación de avenidas del pantano
Entre las muchas inexactitudes contenidas en el Estudio de Impacto
Ambiental y en el Estudio de Viabilidad Económica del Proyecto de
Mularroya, figura el aumento de seguridad por laminación de avenidas.
El citado efecto laminador actuaría (según los redactores de la
documentación referida) sobre la cuenca del río Grío y sobre la cuenca
del Jalón. El embalse se sitúa sobre la ribera del mencionado río Grío, y
en ese lugar no hay constancia histórica de avenidas catastróficas; más
bien resulta raro ver circular el agua. En los últimos
años del siglo XX ha habido periodos de más de 300 días seguidos de
cauce seco. Sin embargo, la acumulación de agua embalsada contenida por
una presa de más de 80 metros de altura, construida con materiales
sueltos y asentada sobre una falla, sí que representa un grave riesgo
para las poblaciones de Ricla y La Almunia de Dña. Godina.
En cuanto al Jalón, para materializar el trasvase se pretende
construir un pequeño embalse de unos 0’240Hm3, con una presa de unos 12m
de altura, que serviría para dar embocadura al túnel trasvasado, en el
LIC Hoces del Jalón. La capacidad de derivación de caudales es de 8m3/s
(252 Hm3 x año.)
Si nos fijamos en las cifras y consideramos una avenida de más
de 250 m3/s, caemos en la cuenta de que la derivación de caudales (8
m3/s) resulta insignificante. Sin embargo la construcción de este
obstáculo en una de las zonas más estrechas del río si que podría
suponer un incremento de riesgos para las poblaciones de Embid de la
Ribera, Paracuellos, Saviñán y Morés.
Hay que hablar también de otro dos efectos muy negativos: el
peligro que representa el citado túnel para la fauna protegida del
citado LIC y lo que supone para el río Grío la recepción de las aguas
más contaminadas del Jalón (mejillón cebra entre otros problemas)