viernes, 29 de marzo de 2013

Denuncia por Mularroya ante la UE

Jalón Vivo y COAGRET han presentado una denuncia contra el estado español en la UE por su actuación en Mularroya.

COMUNICADO DE JALÓN VIVO Y COAGRET VALORANDO LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO SOBRE MULARROYA, Y ANUNCIANDO ACCIONES

Subrayamos la importancia de una sentencia que ratifica plenamente los argumentos que llevaron en junio de 2009 a que la Audiencia Nacional anulara el proyecto, anteproyecto y declaración de impacto ambiental. Si en ese momento no se hubieran continuado las obras de Mularroya,  se habrían evitado los 55 millones de euros que según la CHE se han gastado en las obras hasta el momento actual, y por supuesto, también los casi tres millones de euros al mes, que según parece costará la paralización de las obras.

La sentencia declara ilegal el pantano y corrige punto por punto las argumentaciones del recurso de casación presentado por la abogacía del Estado y por la Junta Central de Usuarios del Jalón. El Tribunal Supremo recuerda que los tribunales europeos insisten en que la “insuficiencia” de medidas ambientales correctoras es suficiente para no autorizar un proyecto, por lo que el alto tribunal entiende que la Audiencia Nacional acertó al considerar que las deficiencias de la evaluación ambiental eran “manifiestas y evidentes”, en unos espacios además protegidos con figuras como zonas ZEPA y LIC, dejando claro que “un proyecto mal evaluado es un proyecto mal aprobado”. La Audiencia Nacional expresó “con sencillez y claridad” que los impactos previstos no sólo eran “severos e irreversibles” sino que o no se establecieron medidas correctoras en la evaluación de impacto o fueron “manifiestamente insuficientes”.

El Supremo afirma contundentemente también que no es “meramente” el interés general lo que exigen las directivas europeas para la ejecución de unas obras sin medidas de protección ambiental, sino que deben realizarse “por razones imperiosas de interés público de primer orden, incluidas razones de índole social o económica”, con medidas compensatorias, y que en el caso de Mularroya “ni se ha acreditado que estemos ante razones imperiosas de interés público de primer orden ni se han tomado cuantas medidas compensatorias sean necesarias para garantizar que la coherencia global de Red Natura 2000 quede protegida”.

Una vez que el Tribunal Supremo ha confirmado íntegramente la sentencia de la Audiencia Nacional que anula el proyecto y la DIA del embalse de Mularroya, es momento de que la CHE deje de apostar por una obra tocada, intentando reanudar las obras, derrochando unos cuantos millones más de dinero público, para unos meses después exponerse a una nueva paralización provocada por los recursos que sin duda se presentarán en el que caso de que presenten una nueva declaración de impacto ambiental, puesto que entendemos que las afecciones que provoca el proyecto sobre zonas protegidas de la Red Natura 2000 son irreversibles, y de tal importancia que convierten en imposible poner en prácticas unas medidas correctoras suficientes.

Es por ello que seguimos considerando al embalse de Mularroya como insostenible medioambiental y también económicamente. El sobrecoste estimado en el pantano, hará que el presupuesto supere los más de 200 millones de euros, lo que supondrá que a los regantes que llegaran a beneficiarse del embalse, el estado les tendría que pasar una factura inasumible para la gran mayoría, por encima de los 300 euros por hectárea y año, los 10 primeros años, aumentando esta cantidad después, por los desfases presupuestarios, en aplicación del principio de recuperación de costes, tal y como obliga la normativa europea. Se puede dar  por tanto el caso de que, al igual que en Lechago y Maidevera, una obra sobredimensionada en su coste, ante la que no se había llevado a cabo un análisis coste beneficio de manera rigurosa, los regantes que en principio iban a ser los beneficiarios de la misma, acaban por no poder pagar el canón que se les tiene que aplicar.

La CHE dispone de todos los medios y estudios, para trabajar en alternativas al pantano, como las que hemos ido poniendo encima de la mesa las organizaciones ecologistas, Coagret y Jalón Vivo, como por ejemplo balsas de regulación y pozos de emergencias en las cabeceras de las acequias, modernización del regadío tradicional, o alimentar artificialmente el acuífero de Alfamen con caudales de invierno, para realizar una explotación sostenible en la zona baja del acuífero, que permitiría obtener agua de riego con un coste hasta seis veces menor de lo que supone el embalse de Mularroya. Exigimos por tanto a la CHE al descarte definitivo de Mularroya, y a la aprobación de un plan de restitución que deje el espacio afectado en la situación más parecida posible a la anterior de comenzar las obras. En todo caso, vamos a presentar de manera inminente una denuncia ante la Unión Europea contra el estado español por los daños producidos por las obras  a zonas de Red Natura 2000, incumpliendo normativa europea. 

Daños ocasionados a La Z.E.P.A. Desfiladeros del Río Jalón por las obras para la construcción del pantano de Mularroya

En el momento de hacerse pública la sentencia del Tribunal Supremo, consideramos los siguientes efectos negativos que han producido ya las obras realizadas:

Especialmente intensos son los daños ocasionados en la margen derecha del río Grio, en la ladera de la Peña María y parte baja del barranco de Mularroya, donde los trabajos para el asentamiento del estribo derecho de la presa y construcción del aliviadero, han supuesto la destrucción de la mayor parte de los escarpes de roca caliza (con comunidades vegetales propias de ese hábitat) donde anidaban buitres, chovas piquirrojas, alimoche, águila real, búho real, halcón peregrino y cernícalo vulgar.

Justo encima de la zona mencionada queda el L.I.C “Sima del Árbol”, cuyo entorno constituido por interesantes comunidades vegetales de hábitat mesomediterráneo aparece devastado (a pesar de haber sido decorado con vallas y carteles).

Relacionado con este L.I.C, cabe comentar la desaparición de pequeñas galerías kársticas que servían de hábitats complementarios a las colonias de murciélagos presentes en la zona. También ha quedado destruido un interesante Punto de Interés Paleontológico: donde los profesores de la Facultad de Geológicas mostraban las huellas de actividad tectónica posterior al Plegamiento Alpino. En general son varios los puntos con estratigrafía interesante (usados en clases de campo) arrasados en todo el espacio donde han trabajado las máquinas.

En la margen izquierda, sobre el barranco de Jabacín y bajo los contrafuertes del Alto de la Perdíz, donde se asienta el estribo izquierdo de la presa, observamos grandes montones de acopios de tierra y rocas, superficies hormigonadas y zanjas.

El relieve ha sido totalmente modificado; desaparecidas las comunidades vegetales de plantas termófilas; comunidades vegetales de escarpes calizos y también desaparecen las comunidades de plantas gypsícolas, donde resaltaba la presencia de Limonium viciosoi (endemismo vegetal catalogado como vulnerable).

A fondo de valle puede verse la desaparición de la ribera del Grío y de todos los hábitats asociados, con aves como el Martín pescador y peces como la Bermejuela: largas galerías de hormigón y la parte construida del cuerpo de la presa sepultan lo que fue Dominio Público Hidráulico.

A lo largo del valle, entre la cimentación de la presa y un par de kilómetros por encima del cruce de la carretera Morata de Jalón a Sta. Cruz de Grío, el espacio ha sido modificado intensamente, roto el perfil del valle: hay lugares con zanjas, canteras y explanadas, con grandes áreas donde ha desaparecido toda la cobertura vegetal. Especialmente impactante resulta el arrasamiento del antiguo Parque de Mularroya (un lugar donde la administración gastó, en los años 50 del pasado siglo, importantes sumas de dinero para implantar el pinar y acondicionar las áreas de recreo). Con el pinar desaparece el hábitat del Azor y del Gavilán. También numerosas colonias de orquídeas del género Ophrys.

Cabe destacar que en los aledaños de la antigua carretera NII, en zona afectada por las  obras, se citó la presencia de Echium boissieri (catalogada como de interés especial). El arranque de la cobertura de tierra fértil ha hecho desaparecer el banco de semillas que permitía que esta planta floreciese esporádicamente.

Otra pérdida importante, y poco valorada en los estudios de impacto ambiental, es la amplia extensión de olivares en cultivo tradicional que representaba más del 20% de la producción de  oliva en Morata de Jalón. En estos campos existían ejemplares de más de 600 años de antigüedad, pertenecientes a variedades todavía sin registrar, lo que supone otra gran pérdida para el patrimonio genético de biodiversidad vegetal. No tenemos datos de los daños a las poblaciones de invertebrados, ni a las comunidades liquénicas (importantes en la zona), porque nunca se hicieron estudios al respecto.

De iniciar las obras para el trasvase, en el L.I.C Hoces del Jalón se producirían daños irreversibles en el hábitat de Centaurea pinnata, planta endémica del SO de la provincia de Zaragoza (catalogada) cuya conservación fue el objetivo principal de la declaración de este espacio protegido.

Tampoco se han valorado las consecuencias que pueda tener la intensa alteración de perfiles en laderas y fondo de valle. Se trata de una zona de geología muy complicada donde los equilibrios entre los diferentes bloques han quedado completamente alterados. Una muestra de falta de previsión al respecto es que la presa se asienta directamente sobre una falla tectónica (hecho que cualquiera puede comprobar mirando el mapa geológico correspondiente).

Concluimos esta valoración no exhaustiva, denunciando que los efectos aquí descritos ya estaban previstos en las alegaciones previas al proyecto, que fueron contestadas por la Administración negando a lo alegado valor alguno. De haberse tenido en cuenta nunca hubiesen empezado las obras, con el consiguiente ahorro de dinero público y de deterioro ambiental y social.

Sobre la función de laminación de avenidas del pantano

Entre las muchas inexactitudes contenidas en el Estudio de Impacto Ambiental y en el Estudio de Viabilidad Económica del Proyecto de Mularroya, figura el aumento de seguridad por laminación de avenidas.

El citado efecto laminador actuaría (según los redactores de la documentación referida) sobre la cuenca del río Grío y sobre la cuenca del Jalón. El embalse se sitúa sobre la ribera del mencionado río Grío, y en ese lugar no hay constancia histórica de avenidas catastróficas; más bien resulta raro ver circular el agua. En los últimos años del siglo XX ha habido periodos de más de 300 días seguidos de cauce seco. Sin embargo, la acumulación de agua embalsada contenida por una presa de más de 80 metros de altura, construida con materiales sueltos y asentada sobre una falla, sí que representa un grave riesgo para las poblaciones de Ricla y La Almunia de Dña. Godina.

En cuanto al Jalón, para materializar el trasvase se pretende construir un pequeño embalse de unos 0’240Hm3, con una presa de unos 12m de altura, que serviría para dar embocadura al túnel trasvasado, en el LIC Hoces del Jalón. La capacidad de derivación de caudales es de 8m3/s (252 Hm3 x año.)

 Si nos fijamos en las cifras y consideramos una avenida de más de 250 m3/s, caemos en la cuenta de que la derivación de caudales (8 m3/s) resulta insignificante. Sin embargo la construcción de este obstáculo en una de las zonas más estrechas del río si que podría suponer un incremento de riesgos para las poblaciones de Embid de la Ribera, Paracuellos, Saviñán y Morés.

Hay que hablar también de otro dos efectos muy negativos: el peligro que representa el citado túnel para la fauna protegida del citado LIC y lo que supone para el río Grío la recepción de las aguas más contaminadas del Jalón (mejillón cebra entre otros problemas)

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