Una de las obsesiones del PP es el control del gasto y la merma de la autonomía local. Paradójico cuando es dónde ellos han gobernado donde mayores cifra de deuda se han alcanzado. Tampoco me parece justo que se aplique a todos por igual con independencia de la gestión que se haya hecho. Ahora tanto quien ha despilfarrado como quien no se ve sometido a las mismas estrecheces.
Una vez más ejemplifica el por qué de la necesidad de soberanía política para Aragón. Es un texto que no tiene en cuenta las peculiaridades y necesidades deun territorio extenso y poco poblado, pero con muchos municipios pequeños. El que se unan municipios para optar a más subvenciones me parece no tener en cuenta la organización territorial aragonesa en comarcas. Se supone que es este ente, un ente local, la que asume los servicios a los que no llegan por sí mismos los municipios. Aún así los municipios tendrán la obligación de fijar los costes de los servicios. Dejando en manos de Hacienda que le permita o no dar ese servicio o transferirlo a otra administración.
Por último es un intento de controlar los concejos abiertos que perviven y que no pueden controlar. Como siempre desde el Estado y en aras de la modernidad acabando con las formas tradicionales y participativas de regirse. Proceso que ya se iniciara con la Pepa.
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