lunes, 12 de octubre de 2009

Ares, orgulloso en el desfile

Orgulloso e inflado de gozo se encontraba Rodolfo Ares en el tradicional desfile de las fuerzas armadas. Sintiéndose superior moralmente por estar allí. Acompañado de la presidenta del parlamento vasco Arantza Quiroga, siendo su partido el tercero a gran distancia, una perfecta estampa de la PPSOE. Con los encargados (artículo 8.1) de ejecutar el mandato constitucional de la indisoluble unidad (artículo 2). Estaba en su salsa. Un hombre ligado desde 1983 en sus tiempos de concejal en Bilbao a los altos cargos del PSOE tanto vasco como español. Como mínimo con indicios de estar bien informado sobre los entretenimientos en los días de asueto en la sierra madrileña de los líderes del PSE. Se ve de dónde vienen sus políticas. También recordaría otro día lejano el izado de la bandera española en el ayuntamiento de Bilbao. Esta vez sólo escuchó vivas a la bandera.

Me siento orgulloso de representar al gobierno vasco y por tanto al conjunto de la sociedad vasca. Es un acto de normalidad democrática de un gobierno autonómico que surge del estatuto, un estatuto que está marcado en la constitución.

No voy a meterme con sus gustos personales, allá él que esté en un acto de exaltación militar quien habla de acabar con la violencia. Pero no, no representaba a la sociedad vasca, porque está ahí gracias a un fraude electoral que deformó la composición del parlamento vasco. Porcentualmente son menos que la oposición. Como una consigna repiten el concepto "normalidad democrática". Pues antes la normalidad democrática era no ir, porque la mayoría de vascos habían votado (y siguen) esa opción. La normalidad democrática no es un sentimiento nacional vasco o español. Lo que es seguro que no lo es es gobernar siendo menos y no dejando presentarse a todos, y para más desfachatez presentarlo como ejemplo democrático. Siguiendo otras consignas también resaltó las labores humanitarias que realizan los militares, quizá hasta se acordó de sus tiempos mozos y las tanquetas.

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