domingo, 22 de junio de 2014

Deportistas y el poder

El nacionalismo español viene empleando los éxitos deportivos para implantar su idea asociándola al éxito. Simplemente la no significación es adherirse a esta idea aunque sea por omisión. En caso de diferir o montrar ideas de izquierda, entonces salen hipócritamente a decir que no hay que mezclar política y deporte. Como si no hubiera algo no impregnado de política. No critico a los apegados a la derecha o al españolismo, que cada uno piense y defienda lo que crea, sino que nieguen que su acción sea política.

Pau Gasol es un tipo cosmopolita y educado, políticamente correcto, pero siempre situado enpleno corazón del régimen. Lo que no le ha quitado ser objeto de críticas por emplear el catalán o defender el diálogo. Lo que no le quita para alabar a Felipe VI, es decir, la operación de cosmética del régimen del 78. Ver a Casillas defender la Constitución con los tópicos de siempre. En el mejor de los casos, bienintencionado, pero carente de apertura de miras y de un conocimiento real del territorio. Por no hablar de los miles de aficionados y nuevos expertos en la Fórmula 1 gracias a Alonso. Un tipo que no oculta sus simpatías derechistas. O la de veces que el gol de Iniesta y el Mundial, sirvieron para "unir a los españoles", parece que aparte de un éxito deportivo no hay otra cosa que pueda hacerlo.

Todos pueden tener en común la defensa de su posición social e interés económico.

Frente a ellos se pueden citar las figuras de Sócrates y la democracia corinthiana frente a la dictadura en Brasil. Carlos Caszely que fue apartado de la selección chilena por oponerse a la dictadura de Pinochet. Las ideas comunistas de Lucarelli tan ligadas a Livorno, su ciudad de origen. La negativa de Kortabarria a jugar con la selección española. Renunciando públicamente a ello y a una carrera internacional.

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