jueves, 10 de abril de 2014

Miguel Sebastián y las autonomías

Uno de los personajes curiosos que hay en el PSOE es el economista Miguel Sebastián. Con una visión ya no jacobina, sino alejada de la realidad y hasta de su sacrosanta constitución, adelanta por la derecha, nunca mejor dicho, a los más recalcitrantes centralistas. Hasta él mismo reconoce que no lo apoya nadie a día de hoy. Su idea peregrina de reducir las autonomías a tres, las mal llamadas históricas: Galicia, País Vasco y Cataluña.
 
Yo dejaría las autonomías históricas y el resto, diluidas. Además, quitaría ayuntamientos, haría ayuntamientos más grandes y les daría parte de las competencias de las comunidades autónomas

En primer lugar encontramos el infantilismo españolista de asociar centralismo a mejor gestión y menor gasto. No es la estructura territorial del estado quien la determina sino cómo se gestiona. La idea populista de que hay exceso de políticos y administraciones. La realidad es que muchos concejales de pueblo no cobran por su trabajo.

Las llamadas autonomías históricas son las que tenían aprobado su estatuto de autonomía antes de la guerra civil, durante la II República. No las continuadoras de las Coronas de Aragón y Castilla como piensa mucha gente. Cabe decir que Aragón tenía finalizado el estatuto de Caspe y sólo el inicio de la guerra civil impidió su aprobación, por lo que ni siquiera es certero en su apreciación. Normal por otra parte por quien ni siquiera reconoce a Castilla como identidad nacional y sí a España. Una vez más las mentes preclaras desde Madrid intentan decir a los demás lo que tienen que hacer, como si en el resto de sitios no fuera capaces. Los demás somos unas diluidas. 

Cuando se está empezando a hablar en serio de la despoblación, viene este hombre cuya visión del estado no debe ir más allá de 50 kilómetros a la redonda de Madrid. Eliminando pequeños ayuntamientos, como si hubiera poblaciones grandes distribuidas regularmente por la geografía española. En vez de crear mancomunidades o comarcas que agrupen poblaciones y den servicios. Desde la displicencia y prepotencia. Pero ojo, que para que no le llamen centralista, daría competencias de las autonomías a los ayuntamientos, ¿con qué financiación? a ver donde saca el ahorro y qué capacidad de dar servicios tendrían. Por ejemplo no se le ocurre eliminar diputaciones provinciales o duplicidades en los ministerios con competencias transferidas a las autonomías.

Hablando de ahorro, habrá que ver en que queda su gestión del proyecto Castor. Asunto que además de inducir terremotos, en la zona ha tenido que ser paralizado, y está por ver en qué queda. Consejos vendo que para mí no tengo.

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