Jesús Angel Lamuela representa a la perfección la zafiedad argumental de quienes apoyan Mularroya. Empleando argumentos tabernarios que solo pueden provocar el aplauso y risa fácil de sus acólitos. Se creen que pueden seguir imponiendo sus criterios, saltándose sentencias judiciales si es preciso, y seguramente añoran los tiempos en los que no había dificultades, zarandajas como declaraciones de impacto ambiental. Mostrando ignorancia y un menosprecio consecuencia de ella y de la prepotencia. Debe estar contrariado con la sentencia del Tribunal Supremo, pero debe acatarla, de hecho tiene una prórroga de cuatro años de obras desde la de la Audiencia Nacional de 2009 y ocho si contamos la de 2005 del Tribunal Superior de Justicia de Aragón. Viven de propagar la ignorancia entre la población. Eso sí, datos de interés como el precio del agua todavía no ha dicho nada.
En un reportaje hace gala de una verborrea incontenible. Comparando la argumentación el qué y el cómo, las comparaciones son odiosas respecto a la otra parte. Sin embargo la primera prevalece en los medios de comunicación.
Se están buscando excusas medioambientales para paralizar las obras por motivos que en realidad son económicos. Los motivos por los que paralizan las obras son menos importantes que la seguridad de la vida de las personas y de los enseres que están aguas abajo del embalse de Mularroya. La gente no se cree que esto se detenga porque puedan tener problemas las nutrias en un túnel que está aún sin hacer.
¿A qué intereses económicos se refiere? ¿No es él quien habla siempre en términos económicos? Deja una sombra de duda de forma insidiosa. Ah, que ahora le preocupa la seguridad, no le ha preocupado la geología del embalse pero ahora sí, que si no hacen más alta la pared no puede contener una avenida de la que nunca ha habido constancia. Luego ya mete lo de la fauna y las personas.
Llegado el momento se tomarán las medidas oportunas para que no haya ningún problema pero, ¿hay nutrias en el Jalón? Yo creo que no. Respecto a otras especies catalogadas, como la Centaurea pinnata, debo decir que llevan dos años buscándola y todavía no la han encontrado. En resumen, una de estas especies ha desaparecido, la otra no la encontramos, nutrias no sabemos si hay y, en cuanto a los murciélagos, no creo que les pase nada porque se vayan a una cueva más alta.
Habría que saber si tiene algún conocimiento sobre naturaleza antes de decir tanta tontería junta. No es de su competencia saber si hay nutrias ni es la causa más importante para paralizar las obras. Quizá deba leerse la propia declaración de impacto ambiental, que hace quien promueve la obra, y salir de dudas. Así como la centaurea pinnata que se saca de la manga que no la han encontrado. Para rematar la estulticia el comentario de los murciélagos no merece mayor comentario.
Cuando se presentó, el entorno no estaba catalogado como Zona de Especial Protección para Aves. En cualquier momento se puede crear una nueva figura y, entonces, el lío está servido. Hubiésemos entendido que nos hubiesen hecho explicar el proyecto de nuevo, desarrollar la DIA con una mayor profundidad o paralizarlo todo. Lo que no se puede hacer es dejar que la obra continúe y luego poner siempre problemas.
No estaba el vaso del embalse incluido en la ZEPA de manera intencionada, para eludir su protección. Esta gente no entiende el potencial turístico y el valor intrínseco de la ornitología y el patrimonio rural. De hecho la ZEPA Desfiladeros del Jalón es de julio de 2001, siete años antes de que empezaran las obras y cuatro antes que la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón que obligaba a incluir el vaso del embalse en la ZEPA. Ellos han querido seguir adelante y a hechos consumados, ellos son los responsables.
No construir el embalse sería como trasladarse al medievo. Los trabajos deben reanudarse cuanto antes para no quitarle a la gente la esperanza de verlo más cerca. Aunque se debe mantener el medio ambiente, el ser humano está por encima de todo.
El medievo no le es desconocido porla mentalidad que tiene, quizá la época de las cavernas, sin faltar a los cavernícolas. Ahí está su respeto a los valores democráticos, que sigan las obras que lo demás le da igual.
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