Una de las características de este gobierno, son las buenas palabras y la falta de hechos. Particularmente grave es su política hidráulica, retomando políticas cerpetovetónicas y contrarias a las leyes europeas y modernas. Destruyendo el patrimonio natural que pertenece a todos. Por eso sorprende gratamente de salir adelante, que el gobierno planee proteger 2900 kilómetros de ríos. Los 357 tramos identificados como vírgenes. Esperemos que además sirva, aunque lo dudo, para hacer una política global respetuosa con el medio ambiente. Dejando atrás incongruencias de proteger tramos de ríos, y a la vez fomentar obras que los destruyen.
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