Septiembre es un mes que emana cierta melancolía. El verano va acabándose y empiezan a amarillear las hojas. Me gusta la luz tamizada y una temperatura más suave, que permite disfrutar mejor del paisaje. Por eso, si puedo, lo elijo como mes vacacional.
Así que estaba ordenando algunos viejos archivos en el ordenador. Apareció una carta que escribí cuando en el Ligallo de Redolada de Valdejalón se dilucidaba la posición sobre Mularroya. Un escrito del que me había hablado un amigo entrañable que en su momento había ayudado a convencer a otras personas. el estilo es tan constructivo como cándido. Aquello nos quitó de un sopapo la inocencia sobre la política. Era afiliado de Chunta pero vivía fuera, así que redacté la carta para dejar constancia de mi opinión. Recuerdo que con mi amigo repasamos la misma para no olvidarnos de nada importante. Entonces en Ricla la asociación La Sabina ya se había posicionado un tiempo atrás. El día de la reunión a mi amigo le impidió la entrada un tipo que hoy es diputado provincial. Otras personas de su cuerda sí pudieron entrar sin ser tampoco afiliadas. Recuerdo su comentario, esperaba más de CHA Valdejalón.
Siempre he resaltado la coincidencia de que coincidieron en el tiempo los asuntos de Mularroya y la expulsión de Chobenalla. El contexto era que en 2003 Chunta había alcanzado su techo electoral con casi 100.000 votos en las elecciones autonómicas. Había llegado el momento de instalarse en el sistema y soltar lastre por la izquierda. Comprobamos casi cruelmente que no era gente como tú, o mejor dicho, tú no eras gente como ellos. A ambos asuntos el aparatik chuntero siempre le ha quitado importancia en el declive, pero fueron dos grandes grietas sobre las formas de actuar de Chunta y su presumida coherencia. Chunta ya no acogía a quién veía las cosas un poco diferente de los demás. Vinieron las persecuciones y purgas electorales. Encabezadas por personas hoy idolatradas como referentes del aragonesismo como Chesús Bernal, que en vida nunca mostró el menor arrepentimiento. Hasta Labordeta se posicionó a favor de Mularroya. Cosa que algunos todavía no le hemos perdonado al abuelo. Todo a pesar de querer quitarle importancia a ambas cuestiones. El caso es que para no ser importantes, en ambos casos se acabó rectificando al cabo de los años. Chobenalla, en un ejercicio de dignidad, renunció en 2008 a ser readmitida como las juventudes de Chunta. Entre medias un bochornoso intento de linchamiento en un mitin electoral. Algo más tardaron con Mularroya y no fue hasta 2016. De hecho, hay un significativo grupo de personas en Chunta que siguen opinando lo mismo y actuando de igual manera. Pero a ellas no se les persigue.
La fecha marca 21 de abril de 2004. Más los años anteriores desde la promulgación del Plan Hidrológico Nacional. Han pasado más de 20 años y casi da un poco de vértigo ese lapso de tiempo. Supone casi media vida de lucha contra esta gente. Alguien a quien esperabas como aliado y es tu peor enemigo. Veinte años y los que nos quedan por delante. Eso hay que saber relativizarlo para que no te afecte demasiado mentalmente. Luego vinieron otras decepciones también inesperadas. En su momento se darán más detalles, pero todavía estamos en litigios. Entonces piensas que si la causa es noble la gente que la defiende también lo es, pero no es así. Gente sectaria y con exceso de ego y que ha propiciado la falta de relevo generacional. Por no decir mediocre que pretende mantener ínfimos núcleos de poder. Mi generación sigue pero ya está amortizada. A mí todo esto me ha provocado una agudización de la somatización en forma de molestias estomacales, que arrastraba de la adolescencia, a lo que se ha sumado episodios de ansiedad. Y lo que más me duele, hacer sufrir a seres queridos. Por contra he conocido a algunas personas extraordinarias.
La lectura me ha sumergido en una suave melancolía. Por la gente que merece la pena, por el paisaje, por nuestra propia identidad y dignidad. Destaco algunas partes especialmente significativas. Ya ha pasado suficiente tiempo para desclasificarlo.
Inspira ternura la idea de que Chunta pudiera plantear un debate sincero. Fueron con las cartas marcadas como buenos tahúres a una encerrona. Y no hablo sólo de esa reunión.
Aquí aparece un punto clave que han venido manejando estos trileros y adláteres. Con cómplices dentro de Chunta. Pero no me quiero olvidar de otras personas de Chunta que sí nos apoyaron sinceramente. Superando la visión pirineísta de que sólo ahí hay espacios naturales de valor. ¿Nos suena de las energías renovables ahora? La patraña es que esta gente ha negado con total desfachatez que se trate de un trasvase, al ser en la misma cuenca. Así como el dato de que solo en octubre se puede garantizar el caudal de trasvase sin dejar seco el río. ¿Alguien cree que van a desaprovechar esa obra? Un túnel con capacidad de 8 m3s cuando el caudal medio del Jalón es de 7 m3s. Veinte años después hemos visto la llegada de los fondos de inversión a la agricultura comarcal y el almacenamiento de datos. Los que puedan pagar el agua, no los pequeños agricultores.
Esto lo escribí sin haber visitado aún las Hoces del Jalón en Embid de la Ribera. Sin conocer el rico patrimonio etnográfico, ni el Olivar de la Iglesia, gracias, Manuel, por enseñármelo antes de su triste e infame destrucción. Con la ermita de Los Palacios todavía en pie. Nuestro paisaje vital.
Aquí entra otra de las grandes patrañas que también ha promovido CHA Valdejalón, que es la falta de oposición social. Para no haberla bien que se encargaron en su día de limpiar sus listas electorales. Al punto de dejar caer la alcaldía de Morata de Jalón, pensando que así debilitarían la lucha, pero nos subestimaron. Tampoco es que sean el lápiz más afilado del estuche.
Otro aspecto a destacar es la brutal campaña sostenida durante todos estos años de embrutecimiento y degradación moral e intelectual a la población comarcal. Ha faltado una información veraz para un verdadero debate. Han omitido la palabra trasvase hasta que empezaron las obras de la maldita tubería. Especialmente el panfleto de periódico comarcal. Y por último la visión de un reducido grupo de personas de que desde la cabecera comarcal debían decidir los designios de los demás pueblos. Tratándonos con desdén y como menores de edad políticamente. En cambio observamos como un mego ha llegado a alcalde de La Muela diciendo que sí a todo lo que ellos planteaban. Nosotras, en el lado correcto de la historia.