viernes, 28 de agosto de 2009

Después de doce años

Un tema especialmente indignante en el asunto de los embalses es el de las compensaciones. Eufemismo que sirve para definir actuaciones que deberían llevarse a cabo con o sin embalse, y que te chantajean a que aceptes el embalse por las obras, o una serie de actuaciones que tampoco compensan, valga la redundancia, el daño. Además de dilatarse sine die en el tiempo, pues nunca llega la asignación presupuestaria, mientras has contemplado que no ha habido dificultad en inyectar millones para el embalse. Si hubiera decencia, las compensaciones deberían ejecutase paralalemente al inicio de las obras o incluso antes.


Uno de los embalses más inútiles y agresivos con el medio, ejemplo del disparate trasnochado del Pacto del Agua, es el embalse del Val, situado literalmente al lado de Los Fayos, en un barranco y alimentado con aguas del maltrecho río Queiles. De su gestión da prueba que sus aguas se han venido aprovechando en Navarra, y que hasta 2008 no se constituyó el sindicato de regantes, cuando la obra se finalizó en 1997.




Pues más aún han tardado en llegar las compensaciones en forma de pabellón deportivo para Los Fayos. Así hasta veinte actuaciones. Que además han tenido que litigar judicialmente contra la DGA y la CHE que se han desentendido. Ese es el respeto que muestran a los afectados.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Como si hiciera falta negarlo

Uno de los temas cíclicos en la actualidad política aragonesa es la travesía central. Pasan los años, pasan los gobiernos de distinta índole, pasan las cumbres hispano-francesas y todo sigue igual. Los pasos de Catalunya y Euskal Herria no son suficientes, y la travesía central no sólo beneficiaría a Aragón sino a puntos de España cercanos.


Sin embargo hay políticos de pocas miras, temerosos y mal informados que parecen empeñarse en azuzar el ya latente anticatalanismo, para que atribuyan al vecino una culpa que sólo corresponde al gobierno central. Es el caso del economista, no hace falta decir más, y eurodiputado de CIU, debe contar bastante en su partido, Ramón Tremosa. Sería hasta un número de humor si no fuera por lo que hay en juego después de tantos años. Al sujeto no s ele ha ocurrido decir que la ex ministra de fomento Magdalena Álvarez prioriza la opción aragonesa frente a la catalana en Bruselas. Ya nos gustaría aquí que así fuera, o que hubiera hecho algo en su etapa en el ministerio. Antes de buscarle ocupación en el europarlamento.


Tiempo les ha faltado desde la PSOE para desmentir la información, creo que hasta con algún sudor frío. No e que nos hubiésemos hecho ilusiones, pues estamos escarmentados, pero hacen el desmentido como si hiciera falta.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Sobre el incendio en San Gregorio

El incendio ocurrido en el tristemente célebre campo de maniobras de San Gregorio, pone de manifiesto una vez más el abuso, el colonialismo y la prepotencia del ejército español en relación a Aragón. Es normal que en pleno verano en un sitio lleno de chatarra y residuos militares de los cientos de ejercicios que han ido realizando, pueda haber un incendio. Quizá lo raro es que no ocurriera antes. Aún con todo lo dicho lo que no es normal es que se origine dentro, sobrepase los extensos límites del campo y no den aviso a la autoridad civil hasta que se ven totalmente desbordados. Y aún hay quién les exculpa y les aplaude por su acción contra el fuego. Es indignante que por la tarde se hable de un pequeño incendio de unas decenas de hectáreas , y a la mañana siguiente sean cientos y esté descontrolado.

Un fuego iniciado en una zona de caída de proyectiles llamada Puig Amarillo. Los militares dicen que en verano no hacen ese tipo de ejercicios. Después de su ocultismo y falta de transparencia a la hora de informar, hay dudas razonables. También niegan que empleen munición de uranio empobrecido. Su imprudencia y falta de reacción ya ha costado que Tauste pierda un pinar. Y la quema de 6500 hectáreas. También es destacable las quejas de los alcaldes de los municipios afectados: Tauste, Remolinos, Pradilla y Torres de Berrellén. Que se depuren responsabilidades ya lo veo poco probable. Seguirán a lo suyo, bombardear y destruir. Aún con todo un incendio no es lo peor que pueden provocar. Y lo más triste es que mucha gente les seguirá lanzando vivas.

viernes, 14 de agosto de 2009

La montaña leonesa

Montañas de olvido

El Gobierno y Red Eléctrica Española quieren construir en la montaña asturleonesa una línea de alta tensión. Es un atentado ecológico y paisajístico en una de las regiones más vulnerables y castigadas

JULIO LLAMAZARES 08/06/2009

En el verano de 1981, cuando realicé el viaje por el Curueño que me serviría de base para mi libro El río del olvido, vivían en aquel valle más de 4.000 personas. Hoy difícilmente llegan a las mil. Las malas comunicaciones, el envejecimiento de la población, el desplome de la ganadería y la minería -sus dos pilares fundamentales-, junto a la falta de horizontes y de trabajo para los jóvenes y la casi absoluta carencia de inversiones del Estado, salvo para indemnizar a la gente por dejar de trabajar y hasta por irse, han condenado a aquel valle, como a toda la montaña leonesa, a una muerte segura e irreversible, salvo en los contados sitios en los que tienen la suerte (antes era una desgracia) de que les nieva abundantemente, por lo que cuentan con estaciones de esquí y con las infraestructuras que conllevan éstas.

Y lo mismo sucede en todas las provincias españolas, donde las áreas de montaña son las más deshabitadas y olvidadas, por lo que están condenadas a la desaparición. Pongo un ejemplo concreto: el lugar en el que paso los veranos desde niño, una aldea en las montañas del Curueño, ha pasado en la última década de los 80 vecinos con los que contaba entonces a los apenas 20 que tiene hoy. Y ello a pesar de la vuelta de algunos emigrantes jubilados y hasta de cuatro o cinco personas -alguna, incluso, extranjera- que se han instalado allí atraídas por lo que a los demás les echa: la soledad y la lejanía del mundo.

Entre tanto, la actividad de la Administración (de las distintas administraciones mejor, pues son varias las que se ocupan del tema: provincial, autonómica, nacional y hasta europea) se limita normalmente a crear parques naturales, zonas de acción protegida o reservas de la Biosfera que, a la postre, sólo sirven para crear más dificultades a las escasas personas que resisten en esos lugares. Aparte de entorpecer su actividad ganadera, su único sustento en muchos casos, so pretexto de "ordenar el territorio" y de "optimizar los recursos" de éste, la mayoría de esos nombramientos se traducen en prohibiciones para los naturales.

Si ponen unas colmenas, tienen que solicitar cientos de permisos; si tienen más de diez ovejas o gallinas, han de darse de alta como productores, con los correspondientes impuestos y trámites burocráticos, aunque los tengan para el consumo propio; si quieren hacer obras en sus casas, deben cumplir millones de requisitos, sobre todo si se trata de pueblos distinguidos con la calificación de parajes de interés; no digamos ya, por lo tanto, si alguien quiere poner un negocio, una fábrica o un hotel. Y, por supuesto, los vecinos de esas áreas protegidas tienen prohibido cazar, pescar, cortar madera (aunque se trate de árboles propios), quemar hierba o los restos de la poda, recoger plantas del monte y hasta andar por determinados sitios, so pena de sanciones mayores que las de muchos delitos comunes. Todo en nombre de la naturaleza, esa nueva religión sacramental impuesta desde las ciudades.

Todo lo dicho se quiebra sin dificultad alguna cuando la Administración decide que una obra, la que sea, es de interés general. En la montaña asturleonesa, a la que me refería al principio, ultrasacrificada ya por pantanos y otras obras faraónicas, ahora quieren hacer una línea de alta tensión eléctrica que, con un trazado total de más de 70 kilómetros, cruzará la cordillera desde Asturias a Palencia sostenida por torres de 60 metros de altura (equivalentes a edificios de 10 plantas) que obligarán a desforestar un pasillo de seguridad de más de 200 metros y a poner barreras de protección alrededor de las torres y del tendido, con el fin de transportar la energía producida por las centrales térmicas asturianas con destino al mercado nacional.

Todo ello atravesando varias reservas de la Biosfera, diversos parques naturales y un paisaje sin igual tanto por su calidad estética como por su valor intrínseco, que ahora se llama medioambiental. La oposición de todos los municipios, grupos ecologistas, asociaciones de montañeros y vecinales, intelectuales y gente anónima (la distinción no es mía, ni la hago propia) y hasta de la propia Diputación leonesa, que se opuso por unanimidad, no han servido de momento para que la institución promotora del proyecto, Red Eléctrica Española, dependiente del Gobierno, haya cejado en su empeño, ni aún después de las más de 20.000 alegaciones recibidas, que ni siquiera se han molestado en considerar.

Habituado como está a imponer sus decisiones, el Estado no va a cambiar sus planes por muchos osos que se les crucen en su camino o personas que se resistan a aquéllos, sabedor, además, de que son pocas, pues pocas son las que resisten en esos valles (ésa es precisamente una de las razones que esgrimen para pasar la línea por esa zona; como si los habitantes de ella tuvieran también la culpa de ser tan pocos) y de que al resto de sus compatriotas les trae al fresco, viviendo como viven lejos de ella, lo que suponga una obra de tal calibre, con tal de tener electricidad en casa.

No entro en si la línea es necesaria o no (mis conocimientos sobre ese tema son muy escasos, aunque hay estudios que dicen que ni siquiera la línea se justifica técnicamente: de la Universidad de León, por ejemplo), sino que me limito a resaltar la incongruencia de un país que, por un lado, se afana, o al menos eso proclama, en defender la naturaleza y en proteger nuestros espacios más vulnerables y singulares mientras que, al mismo tiempo, destruye unos y otra en pro de un desarrollo que ni siquiera, a veces, es general. ¿O qué desarrollo han obtenido los pueblos de las montañas por las que ahora pretenden llevar la línea de alta tensión después de décadas de soportar pantanos, canteras, minas, cielos abiertos y otras obras del estilo? A las pruebas ya antedichas me remito.

Pero es que, en este caso, el beneficio que se persigue ni siquiera es general en su propósito. Salvo que se entienda éste como una contribución a las compañías eléctricas (que, aparte de ser privadas, nos cobran luego la luz a todos), el beneficio que se derivaría de la construcción de la línea de alta tensión eléctrica lo sería sólo para una zona, la productora de la energía, mientras que los perjuicios los sufrirían las colindantes, que nada ganan con ella y que, al revés, se verían perjudicadas notablemente en sus posibilidades de desarrollo turístico y económico. Y no digamos ya, si es verdad lo que dicen algunos estudiosos, en la salud de sus habitantes, sujetos desde ese instante a las influencias de unos campos magnéticos brutales.

Sé que, como decía Ortega y Gasset, el esfuerzo inútil conduce a la melancolía. Y que los argumentos no sirven para parar las decisiones de los gobiernos, salvo que vayan acompañadas de presiones de otro tipo que personalmente no comparto. Pero, a pesar de ello, a pesar de que, en efecto, la melancolía me invade, como a muchos otros compatriotas, tras tantas guerras perdidas, uno va a seguir diciendo lo que cree que es su obligación decir.

Y lo que cree que es su obligación decir es que este nuevo atropello, este atentado ecológico y paisajístico que el Gobierno pretende llevar a cabo en una de las regiones más castigadas y vulnerables de este país no encaja en los presupuestos de un partido, el socialista, que se dice defensor del bien común, salvo que se entienda éste como una justificación para engordar las cuentas de resultados de las compañías eléctricas a costa del deterioro de un verdadero tesoro, la Cordillera Cantábrica (que, éste sí, es un bien común), y del destino de unas personas cuya única riqueza es el paisaje y cuyo olvido merecería actuaciones distintas a ésta que les quieren imponer por la fuerza del poder una vez más.

Julio Llamazares es escritor.

El País

miércoles, 12 de agosto de 2009

Muerta por agotamiento

Una de las aficiones más generalizadas en la España cañí, son lo mal llamados festejos taurinos y con otros animales, que resultan cualquier cosa menos una fiesta para el pobre animal. Hordas de garrulos los acosan brutalmente en lo que se entiende por diversión. Siendo jaleados cuanto más perseveran en su maltrato. Sabido es que en España aún está poco desarrollado el respeto a los animales en amplias capas de la sociedad. Estas fiestas populares muchas veces acaban en ser casi monotemáticas en cuanto a éstos degradantes espectáculos, que cuentan con la consabida subvención y complicidad de la administración. Algunos con total desfachatez pretenden hacer pasar ésto como cultura y tradición a pervivir.



Asanda hace años que viene denunciando ante la Junta de Andalucía la crueldad de estos festejos en el pueblo cordobés de El Viso. Un pueblo cercano a Pozoblanco, donde se vivió una de las cumbres de la historia del toreo con el gran Avispado. Consiste en lo siguiente una de estas tradiciones festivas.


En la suelta de 2007, de las 6 vaquillas soltadas, a la hora de la finalización sólo pudieron regresar a los corrales por su propio pie 2 de ellas. De las cuatro restantes una falleció en las calles por el sobreesfuerzo y acoso a los que fue sometida; otra tuvo que ser apuntillada por haberse fracturado una pata en una de las múltiples caídas que cada res sufre por el estado del pavimento; y los dos restantes simplemente estaban tan agotados que no podían desplazarse. En la suelta de 2008 dos de las seis vaquillas soltadas quedaron literalmente reventadas en la calle. En la suelta de 2009 una vaquilla murió en la calle de agotamiento.



Tienen el detalle que las pobres vacas que ya no pueden moverse por estar agotadas o muertas, las recogen en una especie de coche funerario grotesco. Es incomprensible e intolerable que cuenten con autorización y además de manera reiterada en el sufrimiento animal y su agonía. No sólo no se prohibe y se castiga a los culpables sino que desde la Junta se les premia con ser declarada fiesta de interés turístico. Esa es la imagen que los responsables de la consejería de turismo andaluza pretenden potenciar y proyectar. La brutalidad, la barbarie y la sinrazón. Es totalmente indignante.


Como delirante es la respuesta de la consejería y su purria de argumentación. A una denuncia bien argumentada tanto por escrito como con material fotográfico, responde así. Afirmando que esa fiesta cumple con lo establecido en el Decreto 251/2005, de 22 de noviembre. Además reconoce lo bien documentada que está la denuncia aún así no le debe parecer suficientemente fehaciente o deben estar ciegos o directamente son unos cínicos. Ojo a esto.

Así como generar en la ciudadanía un sentimiento de protección, respeto y defensa de la naturaleza en general y de los animales en particular.

Pues tiene trabajo por delante.

Considerando todo lo expuesto anteriormente, si en la Dirección General de Promoción y Comercialización Turística tuviera entrada solicitudes de Declaraciones de Interés Turístico de Fiestas en las que se detectaran irregularidades e incumplimiento de la legislación sectorial aplicable, como es lógico no se concedería la declaración.

¿A qué espera para aplicar la ley? ¿Por qué ésta gente tiene la impunidad para saltarse la ley siempre? Desde aquí animo a Asanda a continuar con su labor.

sábado, 8 de agosto de 2009

El Justicia y el banderón

A menudo se busca una equidistancia entre el sentimiento propio y el sentimiento españolista. Sobre todo por parte de los segundos cuando los primeros hacen algo. Una manera de quedar bien, casi siempre bajo el parapeto y la influencia españolista. Cuando no hay queja o cuando el hecho viene de la parte españolista, entonces esas personas no piden que haya equidistancia. Un sentimiento al 50% que casi siempre esconde una falsa igualdad por las distintas reacciones que provoca que la reacción venga de un lado u otro.


Notorias han sido las quejas al Justicia de Aragón, esa figura histórica del que convendría recordar más de dónde viene, por la imposición de un gran banderón español delante del Justicia en la plaza Aragón. El españolismo no respeta los sentimientos ajenos y suele ejercer la asimilación y el olvido.


Mucho se lo ha pensado Fernando García Vicente para llegar al final a esa citada equidistancia. Valorar positivamente que el ayuntamiento de Zaragoza vaya a colocar una bandera aragonesa de idénticas dimensiones. Hasta demuestra cierto atrevimiento para proponer que cada una esté en la plaza que lleva el nombre de cada país, con Independencia entre ambas, esto último creo que no. Para llegar a ésto no hacía falta tantas cavilaciones. Es sintomático que la española sea denominada la bandera nacional. Ni citar una ley de símbolos aragonesa que lleva incumpliéndose tanto tiempo. Los no nacionalistas españoles que bien que reaccionan en otros lugares para que se cumplan leyes similares.


Un justicia al que poco le importaba todo ésto, cumplimiento de la ley incluida, cuando asistía a homenajes a la bandera española. Como en la entrega de despachos de la academia militar. De la que es cadete de honor desde 2002. Por no hablar de su discutible presencia en el izado. Entonces no aprovechó para decir nada respecto a la ley de símbolos delante de los gerifaltes militares. Ni habría dicho nada de no ser por las quejas ciudadanas.

miércoles, 5 de agosto de 2009

¿Qué recurren?

Después del varapalo a los pantaneros en forma de sentencia de la audiencia nacional, éstos buscan un golpe de efecto ante la opinión pública. Primero minimizando lo que supone y después con puestas en escena ridículas y carentes de sentido democrático. Cuando uno estudiaba en el instituto le hablaban sobre la Ilustración y la separación de los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) como base de lo que llaman estado de derecho. Uno no puede saltarse una sentencia judicial pensando que actúa correctamente o pensando que puede alterar las decisiones judiciales. Aunque sean gestos de cara a la galería. Lo cierto es que tampoco hacía falta, pues en el ministerio de medio ambiente han hecho caso omiso. Una redundancia.


La gacetilla comarcal sigue cumpliendo su papel de portavoz del caciquismo comarcal. Especialmente de lamentar el apoyo de CHA. Con plena desfachatez el consejo comarcal dice respetar la sentencia pero pide que se continúen las obras. Si realmente la respetaran lo que pedirían es que se paralizasen hasta conocer la resolución del recurso que apoyan al tribunal supremo. Manipulan la sentencia cuando hablan sólo de las aves o cuando dicen que el proyecto está justificado. No hablan de que la sentencia también dice que las medidas correctoras son insuficientes. Y obvian que un proyecto sin declaración de impacto ambiental, anteproyecto y proyecto anulados es un disparate que siga adelante y un atropello a los ciudadanos. Sólo entienden de hechos consumados. Les debe de parecer poca argumentación. La sentencia no debe porqué entrar en la idoneidad del embalse sino en la legalidad del mismo.

Hasta emplean el tópico de que las personas están antes que las aves. Lo cuál resulta lamentable y significativo de su grado de argumentación. Los que no tienen argumentos suelen hacer ruido y llevar el debate a la descalificación personal. No han asumido el valor del respeto a los animales, sino el progreso mal entendido, que no son un problema sino un valor en alza. Todavía no han explicado a esos ciudadanos que dicen defender cuánto les va a costar ese agua. O las posibilidades de turismo y desarrollo de contar con un espacio natural privilegiado en buen estado de conservación. Si les fastidia que haya opositores nos van a tener que seguir aguantando.

martes, 4 de agosto de 2009

Homenaje a Ratón

Un gran toro que ha ido sembrando de cornadas la geografía española. Dentro de lo dantescos que resultan los pseudoespectáculos taurinos populares, lugar donde la chusma embrutecida que acude actúa a su libre albedrío y con impunidad. Un toro ha labrado su fama a base de cornadas y algún muerto imprudente, y dentro de la difícilmente entendible lógica taurina, si es que existe, mayor fama ha adquirido. Para ellos un toro no es un pacífico bóvido herbívoro. Es un animal con cuernos llenos de bravura, que intentan hacérsela florecer azuzándolo. A la respuesta del toro a la provocación cuando no maltrato lo llaman bravura. La tauromafia está llena de mentiras.



Ratón ha ido vengando en parte el maltrato que en muchas fiestas brutales se da a los animales por toda la geografía española. Respondiendo a las provocaciones con embestidas y revolcones. El gusto de la tauromafia por la sangre elevan a Ratón y enriquece a su dueño, a 6000 euros la aparición. Es la siniestra naturaleza taurina. Algunos necios aún acusan al toro de cornear a traición, pues que no se pongan delante. Nadie les obliga. Confunden valentía con temeridad e imbecilidad, aderezada con la falsa euforia del alcohol. La valentía en ningún caso se demuestra con actos temerarios, sea ponerse delante de un toro y provocarlo, sea ponerse en la vía del tren a ver quién se retira más tarde. Son actos de estupidez. La valentía es arriesgar tu vida por un acto noble. Eso sí es digno de admiración. Lo otro es digno de desprecio.





Un hermoso toro negro con manchas blancas, de aspecto peculiar, que bien se ha merecido su descanso como semental, donde aún lo va a explotar su dueño imaginando que a va a tener algún descendiente al que sacarle el mismo partido económico. Desde este blog, un pequeño pero sincero homenaje a Ratón.

De pancartas y señoros

 El Real Madrid visitó El Sadar y una vez más Indar Gorri se hizo notar. Gente anclada en la época de cuando tiraron el petardo a Buyo y que...